El apellido Nuremberg es de origen alemán, derivado de la ciudad de Nuremberg en Baviera. Se cree que el nombre se originó en la palabra del alto alemán medio "nure", que significa "roca" o "acantilado", y "berc", que significa "fortaleza" o "castillo". Esto sugiere que el apellido pudo haberse utilizado originalmente para describir a alguien que vivía cerca o trabajaba en una fortaleza o castillo sobre una roca o acantilado.
Los registros muestran que el apellido Nuremberg se ha utilizado desde al menos el siglo XIII, con variaciones como Nurenberg, Nurenburg y Nurenburgh que también aparecen en documentos históricos. La propia ciudad de Nuremberg tiene una rica historia que se remonta a la Edad Media y alguna vez fue un importante centro de comercio y cultura en Europa.
El apellido Nuremberg es relativamente raro y la mayor incidencia se encuentra en Argentina, Israel y Brasil. En Argentina, el apellido tiene una tasa de incidencia de 38, por lo que es el más común en el país entre todos los países enumerados. En Israel, la tasa de incidencia es 33, mientras que en Brasil es 30. En Estados Unidos, la tasa de incidencia es 26, lo que indica que el apellido también está presente en América del Norte.
Otros países donde se encuentra el apellido Nuremberg incluyen Paraguay con una tasa de incidencia de 15, Francia con una tasa de incidencia de 9 y Chile, Alemania, España y los Países Bajos, cada uno con una tasa de incidencia de 1. Si bien el apellido puede no ser tan frecuente como los apellidos más comunes, su distribución en varios países sugiere una presencia generalizada entre diferentes poblaciones.
Un portador notable del apellido Nuremberg fue Alberto Durero, el renombrado pintor, grabador y teórico alemán del Renacimiento alemán. Durero nació en Nuremberg en 1471 y es considerado uno de los más grandes artistas de su tiempo. Sus obras, como el famoso autorretrato "Autorretrato a los 28" y el grabado "El caballero, la muerte y el diablo", han dejado un impacto duradero en el arte occidental.
Otra figura destacada con el apellido Nuremberg fue Johann Tetzel, un fraile dominico alemán conocido por su papel en la venta de indulgencias a principios del siglo XVI. Las acciones de Tetzel provocaron indignación y finalmente condujeron a la Reforma Protestante. Martín Lutero condenó la venta de indulgencias en sus "Noventa y cinco tesis".
Como ocurre con muchos apellidos, la ortografía de Nuremberg puede variar según la región o el período de tiempo. Variantes como Nurenberg, Nurenburg y Nurenburgh son comunes, y cada ortografía refleja la pronunciación fonética en diferentes contextos. Los apellidos relacionados incluyen Nürnberg, Nurember y Nur.
La globalización es un fenómeno que ha hecho que los apellidos se dispersen mucho más lejos de las fronteras de su país, de manera que podemos encontrar apellidos asiáticos en Europa o apellidos europeos en Oceanía. Lo mismo ocurre en el caso de Nuremberg, que como puedes comprobar, podemos decir que es un apellido representado orgullosamente en en la mayoría de países más grandes del planeta. Del mismo modo encontramos lugares en los cuales notoriamente la densidad de personas apellidadas con el apellido Nuremberg es mayor a la los otros países.
La posibilidad de examinar en un mapa en relación a qué países tienen una mayor cantidad de Nuremberg en el globo, es de gran ayuda. Situándonos encima del mapa, encima de un país específico, tenemos la posibilidad de ver la cifra exacta de personas que llevan el apellido Nuremberg, para obtener así la información precisa de todos los Nuremberg que es posible hallar a día de hoy en ese país. Esto contribuye también a comprender no solo de qué lugar es natural el apellido Nuremberg, sino también de en qué manera se han desplazado y han migrado las gentes que en sus orígenes forman parte de la familia que porta el apellido Nuremberg. Así mismo, puedes ver en qué lugares se han asentado y crecido, por lo que si Nuremberg es nuestro apellido, nos parece curioso conocer a qué otros países del mundo es posible que migrara un día un antepasado nuestro.